miércoles, 27 de octubre de 2010

Disco eterno


La púa desgarra el vinilo
Y la música suena como el humo de un cigarro mal apagado
Historias de yeguas agotadas recorren las pistas
Guiadas por la voz del pirata de la angustia
El vinilo parece derretirse
La sonrisa cuadrada del artista observa desde el sillón
El final de un negocio redondo

Aponesis


El ventilador desparramaba las gotas de sudor en la habitación. Desde la cama ella toco la pared, y sus dedos estiraban la sombra como un chicle. El canto de la sirena la llevo al balcón. Una lluvia de vinagre caía sobre su cuerpo. Entonces bajo por la escalera caracol, y salió a la calle.
Atravesó los girasoles de metal que crecían del suelo. Vio al anciano tirado sobre el colchón teñido de sangre. La serpiente eléctrica recorría el cartel en llamas. Ella corrió en contramano. Una camioneta le hizo luces. La esquivo y la ambulancia se estrello contra una vidriera. Un hombre con su hijo, ambos vestidos con overol, entraron a la ambulancia y se robaron los tanques de oxigeno. El viento olía a nafta y se impregnaba en todo su cuerpo. Al pasar por la puerta del geriátrico se detuvo: vio a los ancianos abrazados bailando el cambalache.
Ella busco refugio debajo de la autopista, que se retorcía y lanzaba a los autos, en un espectáculo de cataratas inflamables. Al doblar la esquina se encontró con un payaso golpeando a las ratas con su paraguas multicolor. Las ratas se pusieron formaron una torre y lo tomaron de su cabeza. Devoraron su cerebro. Seres de algarrobo espantaron a las ratas. Después se subieron al colectivo y señalaron el camino al chofer. La naranja gigante aplasto al colectivo. Rebotaba por la calle y los edificios, destruyendo todo lo que tenía en su camino.
Desde la cúpula de la iglesia el cura hizo una plegaria, y disparo varias veces contra la naranja. La calle se inundo del líquido naranja. Ella vio un kiosco de revistas navegando el líquido. El kiosquero extendió su mano y la subió. Le dijo que estaba buscando la terminal, que ahí estarían a salvo. Ella contemplo el horizonte. Recordó los atardeceres frente al mar.
Cuando estaban por cruzar la avenida el asfalto se contrajo, y dio un latigazo. Los edificios se derrumbaron como un domino. Ella salto del kiosco directo a a la boca del subte. Rodo por las escaleras. Siguió rodando hasta golpearse contra una pared. Vio luz del otro lado del túnel. Camino con paso acelerado hacia la luz. Escuchaba su propia respiración. Entonces los vio: en la sala estaban sus dos hijos jugando con plastilina. Uno aplastaba ciudades con sus manos. El otro creaba personitas.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Manzana podrida


La oscuridad lleno los ojos de Juan. . El silencio se escurría como aceite por sus oídos. Estaba acostado boca arriba. Giro su cabeza. Pero raspo su frente contra una superficie plana. Quiso tocarse la cara pero no pudo. No podía mover sus brazos, limitado por el poco espacio que había. Cerró sus manos y las sintió sudadas. Podía escuchar su respiración como el viento ensuciado de tierra. Sus pies golpearon una tapa. La tapa de su envase. El sonido era metálico.
Escucho gritos. Cuando pudo concentrarse reconoció una voz del otro lado de la tapa. Era la del preceptor. Entre risas le dijo que corriese porque la bomba estaba por explotar. Juan era un experto en amenazas de bomba a la escuela. Disfrutaba viendo en cada evacuación la pelada enrojecida del preceptor, y la mirada fulminante de la directora hacia este.
Juan noto que lo levantaban del lado de sus piernas. La sangre inundaba su cabeza. Lo arrastraron como a una bolsa de papas. Mientras lo arrastraban noto que su envase se movía levemente hacia los costados, como si estuviese en una especie de capsula. Justo antes de vomitarse encima lo soltaron, haciéndolo golpear contra el piso. Ecucho el canto de los pájaros, y el sonido de las hojas de los árboles. Sus pies latían como estuviesen por explotar.
Pudo reconocer la voz del profesor de física. Lo escuchaba muy cerca. El le susurraba que por fin se iba a hacer justicia con el. Fue en una de sus clases donde Juan prendió la pastilla de gamexane y eso complico al asmático educador, que del aula fue directo al hospital.
Llorando Juan pidió que lo sacasen de su encierro. Prometió que no volvería a hacer de las suyas. Que en adelante iba a ser un buen alumno. Solo hubo risas a su alrededor.
La voz de mujer ronca solo podía ser la de la directora. La escucho apoyar el taco del zapato sobre la capsula. Le dijo que había tenido mucha paciencia. Que lo hubiera echado sino fuera por los aportes que su papa hacia al colegio. Pero que esa vez se había pasado de la raya. Habían encontrado las fotos en su mochila. Sabían de sus planes de empapelar la escuela con esas imágenes. Lo trato de boludo por no pensar que ella podía tener sus informantes. Le dijo que esa jodita no la iba a poder hacer y que ellos, los perdedores de siempre, se iban a reír de él cuando estuviese enterrado.
Mientras Juan escucho a la directora se orino encima. Le rogaba que lo liberasen. Que nunca iba a hablar de las fotos de ellos tres en la biblioteca. No tuvo respuesta. Escucho la pala excavando la tierra. Entonces Juan empezó a mover su cuerpo hacia los costados, haciendo oscilar la capsula.
El cuerpo de Juan comenzó a rodar, y la capsula giro hacia una pendiente. A medida que ganaba velocidad la capsula rebotaba contra el piso. Cada vez más rápido y fuerte rebotaba. El metal se deformaba sobre su cuerpo, y le abría heridas como lava hirviendo. Su respiración agitada escupía sangre. De repente la capsula se abrió como el capullo que se transforma en mariposa. Juan floto en el aire por unos segundos. Manoteaba el cielo como si quisiese de agarrarse de él. Pero cuando vio al sol se relajo, y se dejo llevar por la fuerza de gravedad hacia el piso.
Su vuelo termino contra una piedra, y sus ojos se llenaron de luz.

martes, 25 de mayo de 2010

Argentina

Mucho sur
Mucha tierra
Generosa en recursos
Muchos próceres
Muchos caminos
Muchas ideas
Mucho himno
Muchos inmigrantes
Mucha fe
Mucho ayudarse
Mucho humor
Mucho futbol
Mucho garca
Mucha garra
Mucho alambrado
Mucha villa miseria
Mucho buenos aires
Mucho talento
Mucha música
Mucha literatura
Mucha corrupción
Mucha desconfianza
Mucha herida sin cerrar
Mucha antinomia
Mucho caos
Mucha carne
Mucha hambre
Poca justicia
Mucho futuro

miércoles, 17 de febrero de 2010

La llamada


Silvia estaba mareada. Ama de la casa usaba delantal con flores .Apoyo el tubo del teléfono y termino la charla con la conductora. No se quería alejar de la mesa donde estaba el teléfono. Lo miraba fijo. Tenía miedo de desmayarse y no escuchar la llamada.
Su cabeza estaba en blanco. Como si una nube se hubiese metido y anulase sus pensamientos. Era la nena sentada en la vereda con el viento en la cara. Era el silencio antes del trueno y la lluvia.
La conductora del programa más exitoso de la noche la había felicitado, era la ganadora del premio mayor.
Lo último que le escucho a la diva fue “Silvia, divina, ahora corta que la producción te va a llamar para mandarte el fabuloso premio”
Nunca se imagino que esa frase podía ser para ella. Toda la vida había soñado escucharla. El premio mayor y Silvia juntos. La Diva y Silvia juntas . La Diva el premio mayor y Silvia bailando en círculos. Estaba mareada como un trompo.
Silvia vio que su mano izquierda, la que no estaba apoyada en la mesa para no caerse, estaba apretando el delantal. Cuando la abrió vio que la estampita del santo era un bollito de papel, y la guardo en el bolsillo.
Sintió el olor del risotto. Lo estaba preparando cuando la llamaron del programa. Volvió a la cocina y puso la pava en el fuego para prepararse un té de boldo. Después abrió el placard y saco la botella de whisky de supermercado. Se sirvió un vaso.
Pensó en llamar a alguno de sus hijos, pero no quería molestarlos porque seguro estaban con sus cosas que son siempre importantes
Pensó en llamar a su ex marido, pero prefería que la turra se enterase por la tele.
Pensó en que si usaba el teléfono, ocupaba la línea.
Silvia se imagino llena de joyas y pieles de zorro, viajando por el mundo y posando en las tapas de las revistas de la farándula internacional. En ese momento se sintió más ridicula que nunca.
Decidió terminar con el risotto, mientras escuchaba sonar al teléfono.

sábado, 6 de febrero de 2010

Liquido


El turista llego a la sala de espera. Su dedo índice hinchado , iluminado por un verde radioactivo que lo inquietaba.
La sala de espera era un pasillo largo y angosto, con paredes divididas por azulejos y concreto. El piso era gris y sobre el: dos grupos de cuatro sillas apoyadas contra la pared. Cuando el turista se sentó pudo ver que la sala tenia habitáculos. Cada uno tenia una cortina que no permitia ver su interior. Mientras jugaba aflojando y tensando el vendaje de su dedo, vio como un liquido transparente salía por debajo de una de las cortinas. Venia del habitáculo que estaba a su izquierda. En la cortina vio la sombra de una persona y escucho la voz masculina que se estaba quejando en un idioma que no podía entender. El liquido seguía desparramándose llegando hasta la mitad del pasillo , pero aun estaba lejos de su silla. Las quejas del hombre retumbaban en el espacio, pero nadie se le acercaba. El hombre reclamaba ,ahora en ingles, que hacia horas que estaba esperando y nadie lo atendía. Fue entonces cuando la cortina se corrió. Era un hombre de unos sesenta y largos. De estatura mediana, Tez morena , pelo y bigote blanco. El turista no pudo sacar la vista de las piernas del turco: eran mas anchas que lo normal. Ambas tenían un color violeta, y de una de ellas salía la sustancia incolora que había visto esparcirse.
El turco camino la distancia que los llevaba desde el habitáculo hasta la sala de emergencias, unos siete metros estimo el turista. Durante ese recorrido desparramo insultos , y ese liquido desagradable. Los gritos fueron tantos que desde la guardia salio una enfermera para hacerlo pasar . El turista se saco el vendaje para ver como estaba su dedo. El verde estaba mutando a un amarillo fosforescente . Se maldecía por haberse comido el pellejo ,desde ese momento lo consideraba un habito peligroso. Los gritos se estaban acercando de nuevo. Esta vez eran tres los que venían desde la guardia: el turco , la enfermera y un medico , que miraba el piso para no resbalarse. Mientras lo llevaban de nuevo al habitáculo , el medico le pedía al turco que se tranquilizara porque faltaba poco para que fuese atendido. El turco no lo escuchaba y gritaban que tenia que ir a un hospital publico porque era pobre , pero que la atención era pésima , y volvía a insultar. Esquivando los charcos el medico pudo huir del tronar insoportable del turco, que quedo aun mas alterado y con la enfermera. Ambos detrás de la cortina. Los gritos eran en estereo , también la enfermera gritaba que se calmase. Las sombras de la cortina mostraban a la enfermera tomando al turco de los brazos para acostarlo en la camilla , la sombra del turco era inflexible . Las sombras pasaron de ser dos a solo una , los ojales de la cortina se arrancaron del barrante y casi inmediatamente se escucho un golpe seco contra el piso. Los dos sombras estaban semitapadas por la cortina . El turista escucho su nombre desde sala de emergencia.

Jugar con trampa


Estoy tirado boca abajo, creo que lo que besan mis labios sangrados es asfalto .Debo estar tirado en la ruta. Me duele todo el cuerpo y el calor es terrible. Intento despegar mi cara de chicle derretido del piso pero no puedo, no siento ni mis brazos ni mis piernas para poder levantarme. Lo único que puedo hacer es mover los ojos para darme cuenta que estoy en el medio de la nada. Debo estar en la interestatal,en el maldito desierto.
Quiero acordarme porque estoy acá. Si, me cagaron. Me cago una persona , una sola.

Esto me pasa por olvidarme de lo que me decia el tío Marcos cuando era pendejo: que en el mundo del juego hay que ser individualista, no hay que confiar en nada ni en nadie, solo en la propia experiencia y el olfato ganador.
Me acuerdo cuando jugaba al básquet en el barrio, deje de hacerlo porque tenía que confiar en mis compañeros para poder ganar.
Ya de chico fui bueno en el Blackajck, mi tío me metió en el mundo de la timba y solito elegí el juego del veintiuno, conozco la mayoría de los trucos para ganarle a la banca, se contar las cartas y lo mas importante: aprendí a disimular para que no me detecten los del casino, porque si lo hacen estoy jodido, como ahora.
Hace mucho que no me pasaba esto, de estar así reventado a palos y tirado en el medio de la ruta. La ultima vez que me paso fue hace ocho años en el Casino Mirage , era un pendejo y esa vez me pase de vivo con las ganancias , me dejaron culo para arriba, pero arriba de una tumba en el cementerio del pueblo ,fue una señal de lo que tenia que evitar, exponerme.
Esa golpiza me enseño a no ser tan ambicioso, desde ese momento vivo con lo necesario para viajar y jugar en los distintos casinos del país. No tengo casa ni la necesito, ando con mi valija con dos cambios de ropa (de Armani claro) ,el video con las mejores jugadas de Jordan , y mis pantuflas de garras de tigre. De vez en cuando me doy algún gusto. Para mi los gustos tienen nombre de mujer.
En los últimos meses mi negocio no andaba bien. Un genio de las matemáticas descubrió un sistema aleatorio de mezclado de mazos y se lo vendió a todos los casinos del país, lo que me jodio mal. Todavía no le encuentro la vuelta al sistema, salvando las distancias estoy como Gary Kasparov jugando contra la ultima versión de Deep Blue, o sea jodido.

Ahora recuerdo como llegue aca. Hace unos días estaba tomando una gaseosa en la barra del Casino Flamingo, cuando una rubia se me acerco preguntándome si tenia fuego.Mis ojos la escanearon de punta a punta y estaba muy buena como para dejarla pasar. Nos quedamos charlando: me contó que jugaba desde chica y que su tía la había metido en este mundo. Como ella y sus casualidades me calentaron bastante la invite a seguir la charla en mi habitación del motel. Tengo que reconocer que esa noche me di un gran gusto.

Cuando desayunamos al mediodía ella me contó que tenia una idea para ganar plata en el casino. Le pedí me explicase su propuesta. Me contó sobre un dispositivo electrónico para acertar el número que sale en la ruleta, que aumenta las probabilidades de ganar. Me dijo que ella no era ingeniera electronica , pero sabia que el dispositivo estaba desarrollado para que con un pulsador camuflado en una birome se registre la velocidad en que gira la ruleta y la bola cuando es lanzada , que la birome interactúa con un teléfono celular que cacula el casillero de la ruleta en la que la bola caerá, y finalmente transmitir a un auricular el numero al que se deberá apostar
Ella me dijo que para que el dispositivo funcione debía ser usado en ruletas que que no ncorrectamente balanceada, porque si lo esta es mas difícil predecir el numero.
Ella estaba convencida de que era una gran oportunidad de generar ingresos fácilmente. Además me decía que los casinos no podían evitar su uso , ya que si lo hacían estarían blanqueando a sus clientes que el lugar adonde están apostando su dinero no cumple con las condiciones de mantenimiento necesarias .Cuando le pregunte por el precio me dijo que para traer el dispositivo necesitaba cincuenta mil grandes y solo tiene la mitad.

En ese momento sentí que se me presentaba una chance que no podía desaprovechar, la misma que tenia cuando palpitaba que iba a sacar veintiuno.
Lo único que le pedí para darle el dinero fue validar todo lo que me contó. De su bolso saco una diminuta laptop y se metió en un foro privado de jugadores donde comentaban los beneficios del dispositivo, además mostraba videos donde lo probaban y funcionaba perfectamente. Entonces decidí darle el dinero. Cuando le dije que si me miro con ojos de sorpresa, mostró su encantadora sonrisa y me dijo que ese mismo día cerraba la compra, para que en cinco días nos llegase el dispositivo.
Esos días de espera los viví con la misma sensación que tuve cuando entre al mundo del juego, nervioso y con una ansiedad que solo me bajaba cuando estaba en la cama con ella.

A la mañana del quinto día ella me llamo para confírmame que ya tenia el aparato, y que ese mismo día lo íbamos a inaugurar en el Casino Mandalay. Opine que era buena elección porque era sabido que era uno de los casino con menos inversión en mantenimiento del país.

Llegamos al casino y sin perder tiempo nos posicionamos tal como lo planeamos, ella con la birome y el aparato atrás de la ruleta ,y del crupier,y yo en la mesa de juego con el auricular . Tenia cinco mil para jugar. Ni bien empezamos a apostar el auricular me decía claramente el número para apostar. Los resultados fueron muy buenos, acertaba siete de cada diez veces.
Así estuvimos dos horas jugando hasta que llegue a doscientos cincuenta mil. En ese momento me agote mentalmente, le hice a ella una seña de salida y nos fuimos al restaurante mas caro del casino. Entre risas pedimos sushi regado con champagne Cristal para festejar el espectacular resultado. Mientras comíamos y bebíamos charlamos sobre los planes futuros, todos los casinos en los que íbamos a poder usar el dispositivo. Entonces yo saque un mapa y empezamos a marcar nuestros próximos destinos como si fuésemos los Rolling Stones de gira.
Después le propuse irnos al motel a descansar entre los dólares ganados, pero ella me insistió en llegar a quinientos mil esa noche, no pude resistirme al fuego de sus ojos y volvimos a jugar.
La racha ganadora seguía. Pero al rato de estar en la ruleta note que los gorilas de la seguridad del lugar me estaba observando. Supe que algo andaba mal. La busque a ella con la mirada y no la encontré , entonces me salí de la ruleta y me dirigí hacia el lobby del casino , pensando que ella me esperaba preparada para escapar. En realidad si la encontré , pero con el gerente del casino a su lado y señalándome. La putee ,era una cazadora de recompensas. El gerente me dijo que quedaba detenido por fraude al casino. Cuando quise moverme mis brazos estaban sujetados por dos de los gorilas, y un tercero me agarro de las piernas. Me sacaron del casino y me llevaron al estacionamiento, de ahí a un cuarto sin luz donde directamente me cagaron a trompadas. Ahí me dejaron inconsciente.

Lo que paso desde ese momento hasta ahora no lo se, pero la golpiza fue hace un buen rato porque fue de madrugada, y por mi sombra en el piso veo que estamos cerca del mediodía.

Al final de la ruta veo un punto negro que se acerca rápidamente .Debe ser un auto. No, es algo mas pesado porque el asfalto esta temblando mas y mas a medida que se acerca .Debe ser un camión. Me esta haciendo luces, y tal vez este tocando la bocina pero no lo escucho.
Me veo de pendejo ,embocando un triple y festejando con los chicos del barrio.